El nuevo Real Decreto-Ley crea el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, cuya principal finalidad es reforzar la débil situación de las entidades de crédito, pilares de todo sistema financiero Estatal y cuyo papel debe ser el de servir de vía de escape de la actual crisis financiera.
De esta forma, el Fondo asume, por una parte, la tarea de gestionar los procesos de reestructuración de entidades de crédito que –con sus muchas especialidades, entre ellas las de apoyo financiero del Fondo-, se desarrollaran de una forma semejante a los concursos mercantiles, en caso que las entidades no adopten las medidas necesarias para afrontar las debilidades que les afectan.
Por otra parte, el Fondo tiene como encargo el contribuir al refuerzo de los recursos propios de las entidades de crédito, sobretodo en lo referido a procesos de integración entre entidades de crédito. Destaca en este aspecto el papel del Fondo, en el que adquiere los títulos emitidos por la entidades de crédito con una obligación de recompra por parte de éstas en el plazo de cinco años.
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