La ciudadanía al auxilio de la Justicia

30-05-2023 - César Gárcia de Quevedo Puerta

Se atribuye a Séneca la cita de que nada se parece más a la injusticia que la justicia tardía y si entonces se resumía así el sentir ciudadano, siglos después no ha cambiado nuestra percepción. En efecto, en España, la gran litigiosidad, el escaso ratio de jueces/población, la limitada inversión en justicia, la inactividad durante la pandemia y la actual huelga de los funcionarios de la administración de Justicia constituyen hoy una situación difícil de lidiar.

Sostenemos en este breve artículo que, parafraseando a un célebre presidente de los EEUU, debiéramos pasar a la acción, al menos en asuntos civiles y mercantiles, y preguntarnos qué podemos hacer nosotros por la Justicia. Por ello recordamos seguidamente las vías de solución existentes y damos cuenta de las iniciativas legislativas vistas en esta legislatura que hoy ha concluido.

La principal vía de solución es acudir a la abogacía. La justicia entre particulares empieza con el asesoramiento jurídico desde el primer momento y, si el conflicto es inevitable, la abogacía puede negociar una rápida y eficaz solución de los intereses de su cliente y si no logra el acuerdo, su labor ha de seguir, informándole y asesorándole en mediación y/o arbitraje.

En efecto, la mediación regulada en la ley 5/2012 de 6 de junio, es la vía de consecución de acuerdo entre las partes con la asistencia de un mediador. Es libre y voluntaria y, aunque falta de popularidad, tiene un Índice de satisfacción entre sus usuarios extraordinario. El arbitraje, regulado por la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, como justicia de base contractual, supera muchos de los inconvenientes actuales de la tutela judicial y, señaladamente, el de su lentitud.

Y a futuro, dispondremos de más herramientas, pues las iniciativas legislativas, aunque no lleguen a aprobarse recogen figuras novedosas y modifican aspectos de la Ley de Enjuiciamiento Civil revelando una clara intención del legislador de agilizar la justicia. Así, el día 22 de abril de 2022 y el 3 de febrero de 2023 fueron publicados en el Boletín Oficial de las Cortes Generales respectivamente el Proyecto de Ley de medidas de eficiencia procesal del servicio público de justicia y sus enmiendas. El Proyecto pivota sobre tres ejes: digitalización, MASC (Medios Adecuados de Solución de Controversias) y reformas procesales.

La digitalización persigue generalizar el uso de videoconferencias y sistemas de autentificación e identificación de usuarios evitando desplazamientos innecesarios.

 

Los MASC previstos son la negociación asistida, la mediación ya referida, la conciliación que pueden desarrollar letrados, procuradores, notarios, registradores y letrados de la Administración de Justicia, la opinión de experto independiente y la oferta confidencial vinculante.

De las reformas procesales destacamos la necesaria acreditación de haber instado algún tipo de MASC antes de poder acudir a la tutela judicial; sería una condición de procedibilidad y la extensión del concepto de condena en costas a la corrección de conductas abusivas que denomina abuso en el servicio público de justicia.

Esta iniciativa legislativa, aparcada por la disolución de Cortes y convocatoria electoral, estamos convencidos se retomará en alguna medida por el nuevo legislativo, pero, en todo caso, no hace falta esperar al legislador: ya existen medios al alcance del ciudadano que, asistido por la abogacía, puede superar la lentitud de la justicia.