El origen de los mencionados recursos se remonta al año 1996, tras haber solicitado previamente ante la Oficina de Armonización del Mercado Interior (en adelante “OAMI”) el registro del aspecto específico de la superficie del envase, los cuales eran una botella esmerilada en negro mate y otra esmerilada en blanco. Freixenet matizó que no deseaba obtener una protección privativa y exclusiva del envase.
El examinador de la OAMI desestimó la solicitud, al entender que las marcas solicitadas carecían de carácter distintivo originario y que, simultáneamente, no existía acreditación de haber adquiridito dicho carácter mediante el uso.
Tras la desestimación de los recursos presentados por Freixenet ante la OAMI se acudió al Tribunal de Primera Instancia.
Finalmente, el TJCE afirma que la OAMI no cometió ningún tipo de error de apreciación al considerar que la forma de la botella se encontraba al margen de las solicitudes presentadas por parte de Freixenet, debido a que las mismas se fundamentan en una combinación de dos características: el aspecto exterior y el color del envase.
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