Ya era hora que se estudiase esta posibilidad, ya que el objetivo de facilitar y fomentar la movilidad de capitales en la Unión implica, evidentemente, efectos positivos en todas las empresas del sector y en las que repercutan, directa o indirectamente, las inversiones de estos fondos –habitualmente elevadas o cuantiosas-, así como en sus financiaciones.
En la práctica actual, estos fondos están invirtiendo en nuevas y medianas compañías, habitualmente dedicadas a actividades innovadoras, y teniendo en cuenta que el riesgo y el beneficio puedan ser considerables.
La realidad demuestra que, mediante estos fondos, sus inversiones y sus financiaciones, se han puesto en marcha empresas nuevas, cuyos emprendedores no tenían financiación –aunque sí buenas ideas-. Y es que los medios de financiación clásicos, como, por ejemplo, bancos y similares –más en España-, ya no son lo que eran, y ya no financian muchos de los emprendedores e ideas.
En todo caso, el deseo y objetivo de la Comisión Europea es que el registro en un estado de la Unión sea suficiente para actuar en todos los estados de la UE; por lo que ahora debe abrirse un período de consultas, en el que, hasta agosto de este año, pueden participar particulares, empresas e instituciones públicas.
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